Durante las últimas semanas he entregado varios folletos en formato desplegable, tres de ellos los tienes referenciados en el portfolio -entre ellos mi nuevo material corporativo-.
Me ha llamado la atención en mi regreso a la profesión la actualidad del formato, tanto como que la mayoría de mis encargos en los últimos meses tengan como destino el papel. Los formatos desplegables son ideales para conseguir trasladar contenidos de cierta extensión en un formato final cerrado manejable (ya sea para envío postal o reparto en mano). Especialmente útil -por ejemplo- para programaciones culturales o para la presentación generosa de producto -trabajo comercial-. Las aplicaciones son infinitas.
Internet, las plataformas y redes ocupan buena parte de nuestro trabajo de creación de identidad, difusión y creación de contenidos, y hace años que un número importante de las campañas son dirigidas en exclusiva a formatos digitales.
Pero… ¡El papel y los formatos impresos siguen teniendo su espacio!